Elefante, rinoceronte, león, leopardo y
búfalo. Los 5 grandes de África y verlos a todos en un safari, el sueño de
cualquiera pero no siempre es posible. No estamos en el zoo, estamos en plena
sabana. Los animales son libres, están en su hábitat y la naturaleza es
imprevisible.
Dos días de safari. Dos días de aventura.
Aventura que traspasa vista, oído y casi tacto. Y digo tacto porque tuvimos la
suerte de encontrarnos a una leona perezosa que buscaba sombra en las ruedas de
los Land Cruiser y poder hacer fotos a escasos metros de ella.
¿Sabéis por qué se llama Serengeti el
Serengeti? ¿Y el Ngorongoro? Ambos nombres tienen origen maasai. Hace mucho
tiempo, antes de que el concepto “Parque Natural” apareciera, cuando no había
masificación de turistas y el concepto de postureo no había llegado a los
maasais. Cuando de verdad eran nómadas, llegaron a un lugar donde había muchos
animales salvajes y no terminaba nunca por más que andaban. Por eso lo llamaron
Serengeti, que significa “lugar sin fin”.
Otro día llegaron a un cráter donde se
acumulaban animales durante todo el año y el sonido del cascabel de sus cabras
retumbaba de un lado al otro del cráter reproduciendo un sonido parecido a “ngorongoro
ngorongoro”.
Tarangire
no tiene origen maasai. Tiene origen turístico, por llamarlo de alguna manera.
Tara es el nombre del río y ngire es una adaptación de animal que los turistas adoptaron porque era muy difícil
pronunciar la palabra en suajili.
¿Y sabéis la leyenda del baobab? ¿Por qué el
baobab es tan famoso en África? Resulta que antes de que las religiones
monoteístas, en concreto el cristianismo, se extendiera los africanos
consideraban un dios al baobab. Existía un sacerdote en cada tribu que vivía en
el baobab y que al morir era enterrado dentro de sus ramas huecas.
Suficientes historietas por hoy. Os dejo un
amplio reportaje de fotos no sin antes contaros nuestros 5 de África:
Vimos una pasarela de elefantes por la
carretera, que por cierto los elefantes comen más de 100 kilos y beben más de
200 litros de agua al día. El rinoceronte nos creímos que en la espesura, a 20
kilómetros del camino había uno. Todo el mundo miraba y se lo creía. Los
afortunados con prismáticos quizás vieran algo… Leones vimos, con mucho sueño.
Leopardo es muy muy complicado. Vimos o intuímos un guepardo detrás de un
matorral comiendo y búfalos una manada con su mirada desfiante y pendientes de
cualquier ruido y movimiento.
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