jueves, 10 de septiembre de 2015

10.09. Don't say good bye, say see you Tanzania

Permitidme una cosa: adelantarme 13 días en mi blog y volver al presente, al día de hoy, al día de mi vuelta al Norte, de vuelta a España, vuelta a mi casa, vuelta a la dura realidad.

Antes de nada, quiero aprovechar este momento para agradecer a todas aquellas personas que han dedicado un ratito de su tiempo libre en seguirme desde la distancia para leerme. He de decir que no me lo esperaba y  aunque no me creáis habéis sido un apoyo para mí y para muchísimas personas más que no conocéis pero que también son protagonistas de esta historia: el equipo de ONGAWA en Tanzania, la madre de los tres niños pequeños que viajaba en autobús, la mujer que soporta el peso del cubo de agua en la cabeza, los niños que saludan cuando pasa el coche de ONGAWA por la montaña,… Todos ellos son los verdaderos héroes de esta historia y haber hecho de intermediaria, de narradora, ha sido un verdadero honor. Ahora todos vosotros lleváis también un trocito de Tanzania y espero que, de alguna manera, hayáis visto que los estereotipos sobre África son sólo eso: estereotipos. Y que África, y en concreto Tanzania, guarda mucho cariño para dar a todos aquellos aventureros que decidan adentrarse en sus tierras.

Hoy es un día complicado. Es el día de las despedidas, de cerrar maletas y decir adiós a todo aquello que me ha acompañado durante estos maravillosos 38 días. Es muy difícil decir adiós a algo que no quieres decírselo y más aún escribir sobre ello. Es como una continua tortura, cada palabra pesa en el teclado. Cada palabra es un recuerdo.

Me acuerdo de la primera vez que vi a Miguel en la oficina de ONGAWA en Madrid, me acuerdo de todas las aventuras durante el vuelo, del viaje con Nondo a Same, de entrar por primera vez en la oficina de ONGAWA en Same y conocer a Ana, a Lola y a Alfonso, de mi primera caminata a Same town, de mi primera cerveza tanzana, de todas las quedadas con Eduardo, de la primera vez que probé el maravilloso pan tanzano que Ana raciona en el desayuno, de mi primer día en la oficina, también me acuerdo del momento de bajón de los primeros días preguntándome qué hacia allí, de mi primera visita a las montañas, de mi primera noche en el Mkomazi, de jugar con Nil y Candela, de todos los viajes que hemos hecho durante los fines de semana, sobre todo del fin de semana en Pangani con Ana, de mi primera y maravillosa experiencia como profesora, me acuerdo de la gran despedida que me dieron anoche y de todas y cada una de las palabras que Ana, Miguel, Hadija, Hadness, Alfonso, Donko, Niwaeli, Eduardo y Beda me dedicaron. Y sí, lo reconozco, estoy llorando porque me habría gustado poder disfrutar más esto. Cuando de verdad había encontrado mi sitio y estaba cómoda, me tengo que levantar de la silla.




Pero quedémonos con lo bueno. Han sido 38 días de experiencias inolvidables que me llevo en la maleta. ¿Cuánta gente tiene la oportunidad de vivir una experiencia de estas características? Muy poca. Repito lo que dije antes de dejar España. No hay palabras para agradecer a la UCLM y al equipo de ONGAWA esta aventura. 

De verdad os recomiendo olvidar durante un periodo de tiempo el Norte y abrir el corazón al Sur porque, yo, por ejemplo, lo tenía cerrado.

 Y como dije anoche. No voy a decir adiós a nada ni a nadie. Voy a decir hasta luego. Hasta luego Tanzania.


Asante sana Tanzania!!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario