Una de las cosas que más gracia me hace cada
vez que escribo una entrada es que con esto de las telecomunicaciones tenéis
más información sobre mi aventura que yo de vosotros. Y yo que pensaba que estaría
casi incomunicada. Que en Tanzania el tema del Internet iba a estar muy
complicado…
Me gustaría dedicar esta entrada a Pablo, que
el otro día me preguntó algo muy curioso y que es cierto: ¿Cómo te apañas en
Tanzania para tener internet si aquí en España hay pueblos perdidos sin
cobertura? Interesante, ¿verdad?
Cuando estaba con los preparativos del viaje
esa era una de mis dudas principales –Madre mía, a ver cómo voy a hacerlo allí
para hablar con mi familia, que llamar será muy caro y el internet en el móvil
será imposible. No voy a poder continuar mi blog a no ser que use momentos en
la oficina pero me han dicho que el internet allí va fatal…
Afortunadamente Ana se puso en contacto
conmigo antes de ir yo para allá y me tranquilizó un poco pero a la vez volvió
a inquietarme. Me avanzó que contratar internet en el móvil no era un disparate.
Vale muy bien, afortunadamente 15 euros al mes por internet es asequible para
el bolsillo de un voluntario. Pero ¿para el resto de población lo será? ¿Los
tanzanos podrán permitirse acceso a las telecomunicaciones?
Cuando aterricé y tuve mi primer contacto con
la población todos mis esquemas se desordenaron, todas mis suposiciones
fallaron. Nunca podría haberme imaginado que la tecnología móvil estuviera más
avanzada en Tanzania que en España. He visto antenas en muchas casas de las
montañas, he visto hablar por teléfono a mi equipo de trabajo en plena espesura,
en el pleno corazón de las Pare, he visto hacer transferencias de dinero a
otras personas con el móvil, comprar o contratar por móvil, sacar dinero con el
móvil…
¿Cómo se hace todo eso? Pues muy sencillo
ahora que ya lo he digerido… pero la primera vez que me lo explicaron no cabía
en mi cabeza. La gente no tiene cuentas bancarias, tiene cuentas en plataformas
telefónicas, lo que puede llamarse como BancaMóvil. Por tanto, y esta responde
a una de mis dudas y seguro que a las de muchos: ¿por qué los tanzanos no
prescinden de móvil y sí de otras cosas? Pues, aunque sea duro de asumir, la
era de las telecomunicaciones llega también al Sur con sus pros y sus contras.
Ya os decía lo raro y lo paradójico que resulta ver a un Maasai con su
vestimenta, sus chanclas de neumático y su rebaño en medio de la estepa
sujetando un teléfono móvil en su oreja llena de dilataciones. Pero es la
realidad. Aquí todos tienen móvil. Y es lo más entendible. Si hay tarifas de
llamadas y sms baratas (¿os acordáis de los sms? Si no fuera por la publicidad de
Vodafone yo los habría olvidado), si gracias a las antenas hay
cobertura en cualquier parte, si a través del móvil puedes realizar cualquier
operación, hasta bancaria, invertir en ello es invertir en calidad de vida y
más zonas poco accesibles como son las montañas.
Pero esto no acaba aquí. Y ya me extrañó en mi
primer contacto con Tanzania, cuando iba en el taxi de Nondo a Same. Para que
el uso del móvil y de la BancaMovil tenga resultados positivos se necesita de medios (puestos y personal) al servicio de la población en cualquier parte donde pueda ser demandada, y
dado el problema de la dispersión de esta población, cada muy pocos metros
debería haber un puesto de telefonía, y así es.
En estos puestos, el encargado hace de “agente
bancario”. Por ejemplo, si yo necesito en mi BancaMovil (que llamaremos M-Pesa:
M por móvil; Pesa por ser dinero en suajili) meter 25.000 Tsh (chelines
tanzanos) que equivale a unos 12 euros para comprar/contratar “X” cosa, este
agente hace de revendedor. Pasa dinero de su cuenta a la tuya con unos
intereses que serían sus ganancias. Un negocio simple y complejo a la vez. Un
banco que no es banco.
Es paradójico que en lugares donde esté
trabajándose por el acceso a agua potable haya puestos de BancaMóvil. Pero es
la realidad.
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