jueves, 27 de agosto de 2015

18.08. Cuando no tienes (Parte 1)

Cuando no tienes tomates vas y los compras. Cuando no tienes leche, el oro blanco de Tanzania, si estás de suerte, vas, le haces un agujero al bolsillo, y la compras.
Pero cuando no tienes luz… Cuando tu única fuente de claridad es el latido de una vela, sólo puedes hacer una cosa: desconectar.


Os animo a que le deis un respiro a la tierra y disfrutéis de una cena o de una ducha a oscuras. Nosotros lo hacemos muy a menudo. Y aunque el corte de luz sea algo pasajero (un par de horas como mucho) os prometo que merece la pena.

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