¿Y qué comes? ¿Comes bien? ¿No pasarás hambre? Es de las
primeras cosas que te suelen preguntar cuando sales fuera. Bueno pues esta
entrada está dedicada a toda esta gente que siente curiosidad por la
gastronomía:
Un día normal, una persona normal tanzana hace tres comidas.
Un desayuno que suele ser café o té, fruta, huevo (en tortilla o cocido) y
chapati (que es como un crepé). Se desayuna temprano, sobre las 6:30+1, porque
aquí amanece a las 5:00+1. Se come a la 13:00+1 y se cena temprano, sobre
las 19:00+1, que por cierto ya es de noche noche. (El +1 es por la diferencia horaria, una hora más que en España).
Un paréntesis: decir la hora aquí es una movida porque el
reloj empieza a contar horas desde que sale el sol. Por tanto las 6:00 son las
0:00.
Os presento el bar de Sofia, el sitio estrella de ONGAWA en
Maore.
Igual que el rey de la fruta es el plátano, el rey del plato principal es el arroz. Aquí no se come verdura, se come una buena montaña de arroz y de acompañamiento verdura. Tampoco se come carne, se come una buena montaña de arroz y dos o tres trozos de carne. Ni legumbres... Montaña de arroz y un cuenquito de habichuelas. Toooooodos
los días se come arroz. WALI o PILAU. Así pasa, que te vienes a Tanzania, te
inflas a comer en el avión para cuando vengan las vacas flacas y te encuentras
con que comes más aquí que en casa… Pero ¿qué haces si no? A sí que poco a poco te vas atanzanando y vas entendiendo
el porqué de las barriguitas. Lo que aún no he llegado a entender es cómo puede
ser posible que el trasero de las señoras (perdón por el comentario) en vez de
ir cayéndose con el paso de los años, suba hacia arriba. ¿Será por el efecto de
Coriolis en el hemisferio sur…? ¿Serán años y años y años de arroz?
Incógnita...
Bueno, ¡se me olvidaba! Aparte del arroz existe también otra
comida de la que se enorgullecen los tanzanos porque a los extranjeros no les
suele gustar, y no me extraña para nada. Una bomba de energía: EL UGALI. Esta
maravilla de plato consiste en una masa de harina que se come con la mano
derecha y… Bah, da igual dejo de contar y no puedo poneros foto porque no le
hice el día que lo probé y no pienso repetir…
Para cambiar la rutina del arroz en la cena existe una
alternativa… Las chipsi-mayai que es una copia de la tortilla de patatas que no
llega a ser tortilla española pero tampoco es revuelto. El caso es que está
bueno, sabe a casa.
Y termino esta entrada preguntándoos algo: ¿Quién no ha
comido alguna vez sin lavarse las manos? Venga, no mintáis ni pongáis caras de
asco… Porque no va por ahí la cosa. Aquí ese rollo no mola. Es como el ritual
previo a llevarte algo a la boca en cualquier restaurante. Todos los bares
tienen su cubo, su grifo y su jabón, o en su defecto la mama pasa un jarro por
la mesa, para que cualquiera que se disponga a llenar el estómago (con arroz)
se lave las manos. Es algo que se sigue de forma muy estricta y si ven que al
servirte no tienes las manos mojadas o no te han visto hacerle una visita al
“safi” (la mayoría de los cubos aquí tienen una pegatina que pone Safi) te
mandan al grifo.
¿Curioso verdad? Es como una contradicción… Se está luchando
en temas de saneamiento para que se promueva el lavado de manos con la
instalación de tip-tap en las letrinas y sobre todo concienciando a los niños,
que son los que peor parados salen con esta falta de higiene y que luego que
tengan esta rutina previa a las comidas resulta chocante... Como tantas cosas aquí.
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