martes, 18 de agosto de 2015

12.08. La montaña y/o yo

¡Primer día de recogida de datos! Salimos del hotel con la barriga llena dispuestos a comernos también la montaña como si de un chapati se tratase. Recogimos a los responsables del distrito en Mjema y al muñequiti de camino al punto de inicio.

El coche subía y subía por senderos pedregosos. Paramos y empezamos a adentrarnos en la espesura. –Llevo más de una semana sin que me piquen los mosquitos. Si no me pican hoy no me pican nunca – Pensé. 


Empezó a escucharse el agua. Cada vez la vegetación era más verde. Al rozar las ramas te regalaban su rocío continuo. Y tras una larga caminata llegamos a la toma, nuestro primer objetivo de la mañana. 


Empieza la toma de datos y de coordenadas. Sólo quiero que os fijéis en estas fotos y en cómo están sujetas las tuberías… Con ramas. Esta toma de agua abastece actualmente a 5 vitongojis (barrios) de las aldeas de Mjema y Mvaa y abastecerá cuando termine su construcción a otros 10.  


Continuamos la marcha. Por el camino era muy fácil encontrarse con personas que iban o venían o que estaban en sus casas cocinando. Muchas te paraban y te daban la mano, dándote la bienvenida. Algunos niños nos seguían hasta que sus familiares los reclamaban. No entendía apenas nada de lo que decían pero daba igual, en ningún momento me sentía fuera de sitio a pesar de ser probablemente la única blanca en más de 5 kilómetros a la redonda. 


Comer en el bosque no es fácil. Pero si va el muñequiti contigo juegas con ventaja. Se conoce todos, absolutamente todos los rincones de la montaña. Es impresionante la energía que tiene. Espíritu Pare total. Este día pude escaquearme del arroz (¡yuhuuu!) y cambiarlo por mchungus y caña de azúcar.



Lo mejor de un día duro es la satisfacción que te queda al haber sabido defenderlo bien y terminarlo de una pieza, sobre todo. Cuando Enma, el conductor, me deseó buena suerte y me dijo que tenía dos horas por delante hasta volver a vernos se me cayó el mundo encima. ¿Dos horas subiendo y bajando montañas al ritmo de apasionados de ellas? Pues sí. Lo hice. Y me encanta. ¡Mañana más y mejor!


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